29/5/08

“PRODUCCIÓN DE CONOCIMIENTOS” / GUI BONSIEPE

Con el avance de las nuevas tecnologías y las posibilidades que ofrecen los nuevos medios, los procesos comunicativos se han visto significativamente influenciados y sus objetivos principales, modificados. El presente escrito aborda la temática comunicacional desde algunos puntos de vista del reconocido diseñador industrial y de información Gui Bonsiepe, quien ha planteado el proceso de comunicación mediante la categorización de los elementos que lo componen y ha fijado sus objetivos en el punto más alto de lograr convertir los datos en sabiduría.
Lo anterior no es fortuito y se fundamenta en el hecho de que, según el mismo Bonsiepe, en la tecnología y el diseño de información, existe una “cadena lingüística progresiva que va desde los datos, pasa por los datos procesados (información) hasta la verificación de datos (conocimiento) y llega a lo que tal vez sea la información existencialmente confirmada (¿sabiduría?)”. Para abordar lo anterior es necesario dejar claro de antemano la característica contextual del diseño en general y del diseño de información, lo cual implica entender que para que los datos puedan llegar a ser transformados en conocimiento y el conocimiento en sabiduría como última instancia, deben ser modelados de acuerdo a las propiedades y a las necesidades del ambiente en el que son entregados a los usuarios.
La labor del diseño es entonces, tomar los datos y estructurarlos de acuerdo a las necesidades del contexto y así convertirlos en información que pueda ser “recibida y percibida”, pero hasta este punto es sólo información que necesita ser asimilada por un intérprete para poderse convertir en conocimiento, lo cual se da cuando el usuario internaliza, interpreta y utiliza la información, es decir, traduce la información en acción. La información debe ser diseñada de forma evidente a los usuarios para que pueda ser procesada y comprendida y así poder ser traducida en acción.
El diseño juega un papel tan importante en la transmisión de conocimientos debido a la necesidad de ser mediatizado y por qué no, materializado, a través de una interfase que pueda ser percibida y asimilada; lo cual implica generar, por medio de procesos proyectuales, productos que hagan visible el conocimiento para hacerlo accesible y experimentable, ya que son formas válidas de que los individuos puedan asimilarlo. Sin embargo hoy, en plena era de la información, los individuos a pesar de tener la capacidad suficiente para procesarla, no logran decir qué es la información y esto se debe a que no existe un sustento científico-teórico sobre el cual basar una definición aceptable. Lo anterior hace evidente la gran necesidad de centrar los esfuerzos ya no en la generación de información, sino en el desarrollo de verdaderos productos de diseño que le faciliten al usuario el análisis y la comprensión de la información, para poderla convertir en sabiduría. Tal vez parece un poco utópico y paradójico, pero actualmente es posible lograr grandes objetivos cuando se entiende que el diseño implica interdisciplinariedad, y a su vez la interdisciplinariedad ofrece diferentes puntos de vista que pueden ayudar a resolver grandes paradigmas.
De igual forma existe para el diseño otro reto ligado a la eficaz transmisión de información y es la interacción, la cual hace referencia a una modalidad de presentar la información a una comunidad de usuarios de una forma no lineal, como el hipertexto o información en forma de estructuras compuestas por nodos semánticos que permiten al usuario decidir cómo moverse dentro de la red de nodos; lo cual implica generar contenidos y recorridos lo suficientemente lógicos y bien encadenados para no presentarle al usuario simplemente una cantidad de información sin relación alguna, ya que hace que éste pierda interés y abandone la búsqueda del conocimiento por este medio. Para desarrollar un buen diseño de información existen dos factores claves y son: la relación de la información con el usuario y la calidad estética.
La calidad estética no es un simple ornamento más del conjunto de propiedades que debe tener un buen diseño, sino que debe generar coherencia entre la información que quiere ser llevada a los usuarios y la forma como es llevada, para poder generar las mencionadas interfases que le permitan al usuario decodificar la información y convertirla en conocimiento. Para lograr este equilibrio y alcanzar buenos resultados, dice Bonsiepe, “El modo en que se obtienen ideas de diseño apropiadas es observar a los usuarios y descubrir qué es lo que les gusta, qué es lo que les resulta fácil y dónde tropiezan con dificultades”, de este modo se logra construir productos que realmente se interesan en las necesidades del usuario, buscan una verdadera interacción y logaran una efectiva acción, lo que hace que la información pueda ser convertida en conocimientos.
El diseñador de información, lugar en el que es totalmente válido situar al diseñador visual dadas las características de su formación profesional, tiene como objetivo reducir la complejidad del conocimiento y de producir claridad contribuyendo a la transparencia y a la comprensión mediante la creación de interfaces que se sitúen entre la fuente de información, los datos y el lector, entendiendo como lector a quien toma la información con el fin de convertirla en información, es decir, el usuario.
Una de las formas más efectivas para generar, compartir y transmitir conocimientos es la realización de mapas, ya que su realización comprende visualizar, conceptualizar, grabar, representar y crear espacios gráficamente. Pero no sólo espacios físicos, sino también espacios de información; dice Bonsiepe, lo cual es lógico y entendible ya que mediante la realización de mapas se puede lograr jerarquizar y estructurar una gran cantidad de datos para adaptarlos a campos visuales y auditivos que materializarán la información y le permitirán a sus usuarios navegarla, comprenderla y si es el caso, convertirla en conocimiento.
Por último es posible afirmar que los planteamientos de Bonsiepe, a pesar de poder ser aplicados en cualquier campo del diseño, encuentran su fuerte en el diseño web y en el diseño de interacción, ya que buscan generar relaciones que van más allá de las estructuras convencionales de comunicación y buscan ubicar al usuario en una posición en la que ya no es un actor pasivo en el proceso de comunicación, sino que más bien es un componente activo de dicho proceso que guiado por nuevos medios y tecnologías logra construir nuevos conocimientos a partir de la información que se le brinda a través de estímulos multisensoriales que lo que logran es ampliar la capacidad cognoscitiva del los individuos y darles nuevas formas de asimilar la información para lograr convertirla en conocimiento.

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